en robos perfectos hallé la madrugada. yacía
como un cadáver en mi cama de carne. pero
estaba vivo su sistema divino. su éter
cambiaba y yo supe que todo era posible:
la montaña soltó su semen para los valientes
y los que miraban detrás de la gruta sintieron
cerca algo que llenó las habitaciones del mundo.
como una lámpara desde el futuro.
jueves, 28 de octubre de 2010
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