jueves, 5 de mayo de 2011

de LA NOCHE DE LAS FABRICAS

LA NOCHE DE LAS FáBRICAS










dedicado a Mohamed Bouazizi y a todos
los que estamos creando Revolución

























un hombre pariendo la tierra




















afuera se escuchan gritos y no puedo dormir.
no puedo siquiera mirar el techo o acariciar
tu espalda sin sentir que no vale nada el
sueño. dormir para olvidar que afuera los
pájaros no vendrán a despertarnos al amanecer.
mi amor. sé que me escuchás. aunque mi voz es
tenue como un papel de tabaco. afuera el grito
crece y tirará abajo las paredes, lo sé. puedo
tocar tu entrepierna para sentir tu calor y no
pensar en que te has muerto. yo sé que querés
ir. sé que ahora mismo estás gritando. escucho
tu grito atravesar todas las montañas y todo el
Desierto. afuera tu grito asesina las paredes de
las casas. de las casas de cartón y de lata, de
las casas de ladrillo y mármol. de las casas
prefabricadas y de paja. de las casas de barro
y diamante. casas donde entra el grito y se
queda en el centro de la mesa. el grito entra
a las mesas de las casas y se queda en los
platos vacíos mirándonos no poder dormir. mi
amor. los platos vacíos gritan. las luces
apagadas gritan. donde acaba todo este desastre?
no se suponía que teníamos que ir a la escuela y
luego a la universidad y luego al trabajo y luego
a cenar y luego a dormir y luego al trabajo y
luego a dormir y luego al trabajo y luego a
dormir…? no se suponía que tenía que ser lista
y tener mi camisa planchada y mi revolver escondido
bajo la cama? no se suponía que debía pedirte que
no hicieras la revolución mi amor, la revolución,
que no existe. la revolución que es como dios.
huecos. rotos. vacíos. la noche me grita que no
hay nadie dentro de tu cuerpo. y yo toco tu
entrepierna y pongo el revolver en tu nuca. mi
amor, tu grito entró en mi cuerpo. y ahora no
puedo dormir. nunca más. nunca más.






























debajo de la cama no hay cuchillos para
afilar ni comida vieja ni gato arrinconado.
si enciendo la luz verán que todo desparece.
que no hay nadie en esta habitación
abandonada. porque debajo de esta habitación
hay un pedazo de tierra que está furioso y
ha arrancado con alambres las alcantarillas
y los muelles y los niños y las madres. si
apago la luz verán que no hay nadie. siquiera
ustedes. siquiera la sombra de quienes fueron
en otra vida. en esta habitación no queda nada.
y debajo sólo furia. arrancaría los metales
del pasto, pero no puedo. sola no puedo.
ustedes quieren? quisieran poder encender
la habitación con el arrepentimiento? de
nada sirve. el perdón no me corresponde.
el silencio no lo elijo. prefiero atravesar
los cuatro océanos cantando. prefiero atravesar
los cuatro océanos gritando, con mis hermanos.
hermanos gritos de todas las distancias y dolores.
























grito por el océano pacifico

grito por el océano atlántico

grito por el océano índico

grito por el océano ártico






























DEBAJO Y DETRÁS HAY MÁS























saldremos uno a uno de nuestras camas y
en cuclillas atravesaremos la cocina, el
baño y el comedor. dejaremos abierta la
puerta de entrada porque no volveremos.
lo sabemos. ya no habrá nadie aquí.
mientras salímos al jardín nos reconocemos
entre el pasto y nos saludamos con una
intensidad en la mirada. ha llegado la hora
de salir de nuestras cavernas inalámbricas.
dejemos el amuleto allí. dejemos el asma y
el marcapasos. dejemos el miedo doblado
sobre la cama: no volveremos. el incendio
se precipita ante nosotros. nuestro cuerpo
lo siente. somos dedos que deslizan la
Cortina Prohibida.

























ahora sucede: la cáscara del mundo se ha
vuelto a romper. es tan frágil, es tan
violenta la caída de su miasma. puedo tomar
su tormenta puedo morir en japón o gritar
en libia o llorar para toda la Miseria.
este es el Diluvio. todos lloraremos la
Angustia y el Terror. vendrán más enemigos
y nosotros lloraremos pan. vendrán más
enemigos y nosotros cantaremos paz. vendrán
más enemigos y nosotros les daremos la
Revolución. esa es nuestra obligación y
nuestro derecho. a eso hemos venido hoy.
a ver un cielo más negro. a tocarnos y
besarnos y pedirnos resistencia. peleemos
con las armas correctas, porque es hora
de luchar. y el grito de la Tierra nos
pertenece.





.dosmilonce.

2 comentarios:

e dijo...

Gran poema, Olga. Genial.

Te dejo un abrazo muy grande hasta la galaxia que ahora habites.

olga leiva dijo...

gracias e. otro abrazo para tu galaxia