sábado, 13 de septiembre de 2008

poema incendio (III: después del mar)

después del mar la poesía no puede ser mirada solo vivida
para amarla no hay otra forma que flotar volar expandirse
tender el cuerpo sobre el asfalto y dejarlo caminar hacia algún sitio desconocido
para amarla no hay otra forma que comerla a besos
morderle la nuca abrir su sexo para meterte

después de ahogarse uno debe mirar el mar como a una madre

después de cortarse el pelo uno debe mirar a las sirenas
con nostalgia pero nunca nunca con amor

mirar la noche como a una verdadera alucinación

olvidar los peces

olvidar quienes tuviste que asesinar uno a uno en tu dentro
para poder atravesar las habitaciones hasta llegar al mar

para amar la poesía es preciso quemar todos los papeles
pronunciar todas las palabras para tenerlas dentro
y no aprender a extrañar sus pobres trozos de cuerpo

no debés amar sus cuerpos
no podés amar sus cuerpos

sus cuerpos son fantasmas que te habitan
y si les creés quedarás completamente vacío

después del mar la poesía es verdadera con los ojos cerrados
las imágenes son hermosas si las mordés
sus cuerpos son reales si los tocás

y solamente será tuya
si la incendiás
con tus propias manos


octubre 2007

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